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JUSTIFICACIÓN

En la sociedad existen tendencias y corrientes predominantes que son generalmente las aceptadas por la mayoría de la población. Como resistencia a esta situación, a lo largo de la historia han surgido colectivos de personas que muestran su rechazo ante esta realidad. Han surgido como prácticas y expresiones alternativas, a través de las cuales se evidencian o se visibilizan sentimientos y realidades que no tienen espacio en los formatos establecidos de los grandes medios de comunicación.

 

La palabra “alternativa” proviene del latín “alter”, que significa “entre dos”. A partir de esto se puede entender la comunicación alternativa como una opción diferente a una opción ya establecida, y que de alguna manera, excluye a ciertas minorías que intentan expresarse a través de prácticas poco comunes y usualmente deslegitimadas por el sistema.

 

Lewis sostiene (1995:12) que la comunicación alternativa, es aquella que propone lo alterno a los medios tradicionales, pero para nombrarlos es necesario utilizar la palabra radical, teniendo en cuenta el cambio que estos medios proponen y que son capaces de generar en la sociedad, creando una conciencia política, social, económica, ambiental, etc. [1] En este sentido se puede considerar que aún los medios tradicionales podrían ser escenarios de prácticas alternativas en la medida que propongan espacios de generación de conciencia en diferentes aspectos sociales y propuestas de cambio favorables para los intereses públicos de una sociedad, o a favor del procomún[2].

 

En el contexto de las prácticas de comunicación como proceso de interacción entre sujetos, se pueden pensar las prácticas y expresiones alternativas, como esos procesos que van en paralelo a lo otro, entendiendo lo otro, como lo oficial, lo que está dentro de lo establecido e inmerso en las normativas y las dinámicas propias del habitus de una práctica[3].

 

Chris Atton en Alternative Media afirma que el término medios alternativos abarca a todos los medios que cuentan con la capacidad para generar un cambio en las relaciones implantadas por los medios tradicionales, y no solo  debe abarcar a aquellos que se refieren a la política o a la movilización social.[4]

 

La Facultad de Ciencias de la Comunicación de UNIMINUTO, en su octava versión de la Semana Internacional de la Comunicación, propone visibilizar todas esas prácticas y expresiones paralelas, generadas en los colectivos y en las minorías que intentan mostrar esas otras dimensiones culturales, sociales, y políticas, que no pasan por los grandes medios de comunicación.

 

Definimos entonces las prácticas y expresiones alternativas, como la capacidad de buscar en el lenguaje y en la  comunicación, una manera diferente (ni mejor, ni peor), de expresar un concepto, una idea, un pensamiento, o un sentimiento, y en ese orden de ideas, se propone un encuentro donde haya espacio incluso para el cine y la música como propuesta de reflexión social y cultural del país; las expresiones artísticas y estéticas urbanas como el graffiti y el tatuaje, como formas que vale la pena reflexionar para comprender otros aspectos de la construcción social de nuestras realidades.

 

 

 

[1] Lewis P. (1995) Medios de Comunicación alternativos: La conexión de lo mundial con lo local. Francia: UNESCO.

 

[2] Lafuente, A. (2007) Procomún, Comunidad de afectados, Economía del don, Natural, Digital, Urbano, Corporal. En: Cuadernos de crítica de la cultura 77-78. Editorial Archipiélago

 

[3] Bourdieu, P. (1997) Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción. Barcelona: Anagrama

 

[4] Atton, C. (2002). Alternative Media. Londres: Sage.

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